Habíamos previsto un llamado "capítulo intermedio" en febrero de 2021, en el "punto medio" entre dos Capítulos Generales. Luego vino Corona. En otoño de 2020 quedó claro: el "capítulo intermedio" sería virtual. En enero, Corona irrumpió en conventos e instituciones de hermanas en Alemania y Perú. Las energías de los ocho días del Intercapítulo se derritieron. ¿Cancelar la reunión por completo? El pensamiento fue descartado. Había temas importantes que ya habían sido aplazados por las cancelaciones debidas a Corona. Acordamos acortar la reunión, ¡y hacer un capítulo de esteras! Todas las hermanas de Perú, India y Alemania fueron invitadas a un encuentro internacional virtual durante cuatro días - en vista de la diferencia horaria con un tiempo de trabajo diario de cuatro horas, bajo el lema "Vida en abundancia".
Nuestros expertos en informática se pusieron en marcha a la velocidad del rayo. Las hermanas fueron registradas junto con los datos de su computadora. Se actualizaron las computadoras, se compraron otras nuevas, se instruyó a las hermanas y se invitó a las hermanas sin computadora a las salas de grupo. Nuestros informáticos a veces negaban con la cabeza, pero aun así hacían todo lo posible por poner en práctica la idea. Incluso se volvió a informar a los presentadores, ponentes y traductores ya contratados, se rediseñaron los planes y se comprobaron las cuestiones técnicas. Muy emocionante fue la primera prueba internacional realizada el 13 de febrero, tres semanas y media después del pistoletazo de salida. ¡Y ha ido bien! Es cierto fue accidentado, con fallos y un chat plagado de "¡no veo nada!". "¡No puedo oír nada!" "¡No puedo entrar!" Con una inmensa paciencia, se respondió a cada llamada de ayuda y se anotaron las preguntas para su seguimiento. Los dos moderadores sudaban: se necesitaba al menos el doble de tiempo de preparación - medido en comparación con los eventos presenciales - para planificar bien los procedimientos.
Entonces llegó el momento. Del 19 al 22 de febrero nos reunimos virtualmente: unas 75 hermanas de tres continentes en unos 35 ordenadores conectados. Ya la ronda de introducción con la "mirada a las esterras" (todos los "voluntarios" giraron su computadora alrededor de su propio eje durante un breve tiempo) mostró el colorido y la diversidad. La alegría del reencuentro era imparable. Nuestros temas serios encontraron espacio. En el marco del "capítulo de esteras" se presentaron los contenidos "sin jerarquía", se discutieron en pequeños grupos, se guardó un rato de silencio y se volvió a recoger en el pleno. Lo más destacado fue la misa del domingo. En solidaridad con nuestras hermanas de Perú y la India, que vivieron en estricta cuarentena durante meses, se transmitió a la India y Alemania una misa presencial en la capilla de nuestro convento de Lima, con la participación activa de las hermanas de los tres países. Se sentía algo del terreno común que nos sostiene, de la Palabra de Dios que nos habla, nos fundamenta de nuevo y nos envía otra vez.
Durante estos cuatro días, creció una conexión, un nuevo sentido para los demás, un asombro por la inventiva con la que nuestras hermanas dan forma a los desafíos de Corona. Con ideas concretas para el futuro, recién conectados y con muchas ganas de repetir, nos despedimos. "VIDA EN ABUNDANCIA" - ¡sí, eso se podía sentir!