La apariencia diaria de Clara

Más allá de su muerte, Clara está unida a nosotros como santa e intercesora. A lo largo de su vida compartió su fe y por lo tanto la felicidad que sentía por ella. La fe le dio aliento en las dificultades y la fuerza para desarrollar su forma a su forma de vida, su búsqueda de huellas. De su vida podemos encontrar respuestas a las preguntas de su tiempo.

¿Cómo se probó intensamente en la vida cotidiana una mujer que quería dar forma a su relación con Dios? Podemos encontrar rastros cuando leemos las escenas que nos cuentan las hermanas que vivieron con ella en San Damián.

Por ejemplo, en la cocina de San Damián faltaba el precioso aceite de oliva, que se podía disfrutar incluso durante el ayuno. Un bien de lujo, pero importante. Clara llama a un hermano, a una hermana, para que vaya a pedirla y les solicita que pidan óleo en la ciudad. ¿Le resultó difícil expresar esta petición? Lava el recipiente vacío y lo coloca en la pared que sirve como punto de contacto para las salidas a mendigar. Le deja todo lo demás al hermano. Pero el hermano encuentra el recipiente de aceite ya lleno, aunque nadie ha sido visto o ha tenido la oportunidad de hacerlo. Este temprano milagro fue un generoso gesto de Dios, que debió causar mucho asombro, conversación y larga contemplación.

Así, Clara obviamente tenía la visión general en la cocina de San Damián. Con sus conocimientos de enfermería, también pudo estimar qué alimentos podrían servir como remedios en el momento adecuado.

La regla de Clara establece que las hermanas no sólo deben rezar sino también trabajar. Se dice que ella misma ha sido incansablemente activa. Con su educación en una casa noble había adquirido habilidades para trabajar con hilo y aguja, desde el bordado fino hasta el tejido grueso. Probablemente Clara también bordaba durante su enfermedad, sentada en la cama, sostenida por almohadas en su espalda.

Así que había campos de trabajo para sus hermanas en la cocina, la puerta y la enfermería y el trabajo manual. También se cuenta de las hermanas de Clara que ya cultivaban un pedazo de campo como un jardín para sus propias necesidades.

Clara tuvo un largo aliento en la lucha por su forma de vida. Era una maestra en no pasar por alto lo cotidiano en lo sagrado y en encontrar lo sagrado en lo cotidiano una y otra vez.

¿Cómo estamos hoy en una época de crisis, no sólo la crisis económica y ecológica? Nuestra fe también está siendo puesta a prueba. Los informes de abuso por parte de sacerdotes y religiosos sacuden nuestra fe. Y qué hay de las necesidades ocultas de muchas personas que están desarraigadas de la tradición cristiana y buscan nuevas perspectivas.

¿Qué respuesta a la pregunta de la vida estamos buscando? ¿Cuál es el significado de mi vida, mi diario quehacer y trabajo?
¿Puedo amarme a mí mismo como "soy en verdad" para que también al final de mi vida, como Santa Clara, pueda decir: "Bendito seas, Señor, porque me has creado".

Hna. Eliana Rattler

Si te hace bien, ven.

 

(Francisco de Asis)