Como evento al aire libre en el ambiente de nuestro paradisíaco Jardín de la Casa Madre, pudimos vivir unas horas alegres y contemplativas.
El Sr. Hildebrand explicó los antecedentes biográficos de Wilhelm Busch, así como la historia contemporánea de sus obras. Después de las siete travesuras de Max y Moritz, la superiora del convento, la Hna. Elisabeth, animó a las hermanas y hermanos presentes, predominantemente mayores, a ponerse un poco descarados. Ser descarado es divertido, pero no te pases, porque acabará mal.
La segunda obra de la representación fue completamente diferente: Wilhelm Hauff escribió el profundo cuento del falso príncipe. Un sastre dotado, insatisfecho con su estatus, cree que tiene lo necesario para ser un príncipe. Casi consigue su objetivo mediante la astucia y el engaño, pero luego la estafa queda al descubierto y tiene que volver a su taller de sastrería. Pero entonces ocurre el milagro, se da cuenta de que conoce su oficio a la perfección.
.... y luego el titiritero se trasladó a su siguiente cita teatral en el vecino Konradshof.
