Estaba previsto para febrero de 2022, como una especie de pausa entre el Capítulo General de 2018 y el Capítulo previsto para 2024. Gracias a Corona, se produjo este aplazamiento, y también el "impulso del PDE", que desde entonces nos ha permitido estar más intensamente conectados en red a nivel internacional.
Así, durante dos días, el Capítulo se abrió a todas las hermanas interesadas, tanto del país como del extranjero. Estaban conectados por vídeo. Dos misas transmitidos internacionalmente, con danzas grabadas de la India y música peruana en vivo, enriquecieron nuestra liturgia, que se celebró de todos modos de forma animada y diversa.
Hasta la noche del 23 de agosto, hubo trabajo, oración, lucha, votación, silencio, risas y trabajo de nuevo, en tres idiomas. El equipo de facilitación consiguió conducirnos a través de las jornadas de forma lúdica con su variedad de métodos. Los traductores hicieron un trabajo increíble.
En retrospectiva, sentimos agotamiento, y una gran gratitud. Experimentamos la "vida en abundancia" en todas sus facetas. Volvemos a nuestra vida cotidiana, repleta de tareas, pero con gran confianza. Con una sonrisa pienso en Francisco de Asís, de quien se dice que dijo en su lecho de muerte: "¡Vengan, empecemos de una vez, porque hasta hoy no hemos hecho nada o poco!" ¡Vamos!