Si te hace bien, ven.
(Francisco de Asis)
La Pascua no puede ser explicada o entendida.
Lo que tenemos son testimonios bíblicos.
Experiencias de la gente que Jesús vive.
En la mañana de Pascua las mujeres van a la tumba.
La piedra se ha movido, la tumba está abierta,
entran y se enfrentan al vacío de la tumba.
Todas las tumbas están vacías porque no encontramos vida en ellas.
¡La vida está en otra parte!
Pero, ¿dónde encontramos la vida?
Tal vez descubramos la respuesta en lo que el ángel dice.
Le da a las mujeres una misión.
Ve con los discípulos.
Diles que Jesús resucitó de entre los muertos.
Él también va a Galilea.
Lo verán allí.
Apártate de la tumba y déjala atrás.
Encontrarás la vida si miras en otra dirección.
Cuando emprendes tu viaje.
El camino te llevará a Galilea.
Jesús irá allí antes que tú.
Síganlo, aunque no conozcan el camino.
Galilea es el lugar donde el Resucitado se reunirá con nosotros.
Es el lugar cotidiano de las mujeres y los discípulos.
No es un lugar en el cielo por encima de las nubes.
Es nuestro lugar cotidiano.
En la vida diaria nos encontramos con Jesús vivo,
...en el pan partido,
en la pena,
en caso de duda,
en tiempos de Covid-19 con todos sus miedos e incertidumbres.
En estos tiempos difíciles, no es fácil para nosotros
cantar un Aleluya liberador.
¿No es reconfortante saber que los testigos de la Pascua
en la Biblia tampoco lo hicieron.
La Pascua puede ser experimentada,
cuando Cristo está presente en nuestra vida diaria,
está transformando nuestras vidas,
Hacemos que Cristo sea creíble para los demás a través de nuestras vidas...
y nuestro aleluya es una clave de confianza.
Confía en que no importa lo que venga después
y cómo continuará,
la vida es indestructible.
Hna. M. Dorothea