Si te hace bien, ven.
(Francisco de Asis)
Ahora mismo mi vida es colorida, pero no siempre fue así. Durante algunos años vestí casi exclusivamente de negro, una época muy difícil entonces...
Me fue imposible vestir de rojo durante mucho tiempo.
Pero se trata más de colores que de ropa, de colores de la vida.
Los colores que nos rodean -en la ropa, la pintura de las paredes, el arte, el espacio vital, la moda, la tecnología, el trabajo ....- nos afectan y nosotros influimos en ellos. Utilizamos los colores consciente o inconscientemente para expresar sentimientos, para enviar señales o porque esperamos que tengan un efecto. Inventamos los tonos de color y los patrones. Los colores pueden advertirnos y podemos perder todo el color y ver completamente negro. Utilizamos los colores en los rituales y, por ejemplo, en la Iglesia católica, de forma consciente en la liturgia. La vida sin color es incolora.
En el cuadro vemos a una pintora con su paleta de colores - la conocí en Viena.
Según la Wikipedia, un color es una impresión sensorial transmitida por el ojo y el cerebro, provocada por la luz. Los colores del arco iris, por ejemplo, son fenómenos de luz atmosférica causados por la refracción, reflexión y difracción de los rayos solares.
Cada edad, cada etapa de la vida tendrá su propio color individual para cada persona. Cada día puede traer nuevos matices, un poco más brillantes o más oscuros. Los tiempos supuestamente uniformes -llenos de rutina y con procesos repetitivos- podrían aparecer como un patrón de rayas y los tiempos de alegría y gozo en flores o puntos. Hay tonos terrosos apagados, amarillos y naranjas brillantes llenos de fuerza y energía. El negro de la despedida y la pérdida -o de la claridad- está ahí, siempre estará ahí.
Lo importante para mí en todas las reflexiones es apreciar y aceptar todos los colores y patrones de nuestras vidas. "¡Ahora es así!" está escrito en un cartel que veo todos los días. Lo que hoy parece completamente negro, mañana ya puede resultar en un pequeño patrón con motas grises y la luz y la confianza pueden crecer fuera de él. Está en nuestras manos cambiar el color de nuestras vidas, con la ayuda de Dios.
Me gustaría animarte a pensar en el color de tu vida.
Hay una oración por los colores de la vida que me gustaría compartir aquí.
Uta Fielitz
Weggemeinschaft der
St. Franziskusschwestern von
Vierzehnheiligen