La mayoría de las jubilares vivieron su noviciado y primera profesión hace décadas, también en la Basílica de Vierzehnheiligen. Se habían reunido numerosos invitados y una multitud de sacerdotes relacionados con las Hermanas se reunieron alrededor del altar.
La Superiora de la Congregación, la Hna. Regina Pröls, en su discurso de bienvenida, recordó a las Hermanas que profesaron con las Jubilares pero que ya se habían adelantado a la casa celestial y también a las que se habían retirado de la Congregación. Aquellas jubiladas que no pudieron estar presentes en la misa solemne debido a una enfermedad también fueron incluidas en todas las oraciones y cantos.
En su sermón, el Arzobispo Dr. Ludwig Schick explicó que las Hermanas dieron a las personas tres fundamentos en sus ministerios: El pan, el hogar y la fe. En sus respectivos lugares de servicio en Alemania y Perú, se aseguraron de que los niños, los jóvenes y los adultos se alimentaran en cuerpo, corazón y alma. Les agradeció su trabajo durante décadas.
La celebración y la acción de gracias continuaron en la Casa Madre con los invitados de cerca y de lejos.
