Si te hace bien, ven.
(Francisco de Asis)
El camino (de la vida) ha llegado a su fin.
La cruz vacía está en el abismo.
No va más allá.
Sólo a la derecha se puede seguir.
Pero es el camino a la tumba.
El fin.
Fuera
Un callejón sin salida.
La vida, ¿un callejón sin salida?
No sólo al final de mi vida, sino también en medio de ella, cuando ocurre algo que no puedo enfrentar, siento que estoy al final de un camino. No hay vuelta atrás. Pero delante de mí un abismo profundo. Ni siquiera la vista ayuda. Todo lo que queda es un paso hacia la tumba.
En esta situación mi fe me ayuda. No creo que Dios me dé alas, pero creo en la resurrección.
Con una respiración más profunda, voy a la tumba... y siento que la alegría me llena. La tumba está construida como un túnel. En el otro extremo hay una salida por la que ya brilla el sol y se puede ver que el camino continúa al otro lado de la tumba.
El Sábado Santo es el día de descanso en la tumba. Es un día que simboliza el proceso de duelo. Con la fe en la resurrección es más fácil de soportar, aunque el adiós duele y siempre dolerá. Pero al final del túnel de la tumba hay una salida, al otro lado el camino continúa.
Qué mensaje lleno de milagros.
Lo celebraremos la noche siguiente.
Hna. Katharina Horn